Una de los índices de sostenibilidad que más se tiene en cuenta en la industria de alimentación es el consumo de agua. Ya no sólo por el impacto medioambiental que tiene su consumo, sino también para reducir los costes de fabricación. En el caso que nos ocupa, el objetivo de esta instalación es reutilizar el agua procedente del proceso productivo, para minimizar los costes de explotación del producto final.
Tras el estudio realizado, J. HUESA ha apostado por una instalación con una capacidad de 25 m3/h. Este incluye un pretratamiento de Filtración previa a la Ósmosis Inversa, que funciona de la siguiente forma:
– El agua residual procedente de la fábrica, pasa a través de un sistema de filtración automática para la eliminación de sólidos procedente de la línea. Al agua filtrada se le dosificará un producto químico para eliminar el cloro residual. Y así mantener un valor reductor del agua para protección y durabilidad de las membranas. Produciendo un efecto bacteriostático y ajustar el pH para reducir el índice de Langelier.
– A continuación se dosifica un producto antiincrustante-dispersante. Para así evitar que las sales de calcio y magnesio produzcan incrustaciones en las membranas. Y por lo tanto pérdidas de caudal de agua tratada.
– El agua pretratada pasa al módulo de ósmosis inversa. Donde en primer lugar se filtra a través de cartuchos de 5 micras. Que incluye un sistema de limpieza de membranas.
Con esta instalación, J.HUESA suma una nueva referencia en el sector agroalimentario que ha permitido a su cliente minimizar el consumo de agua en un sector que se caracteriza por su variabilidad y estacionalidad en lo que a las aguas residuales se refiere.