Tecnología que se aplica para tratar aguas residuales, que tiene lugar mediante la desestabilización de los contaminantes disueltos, suspendidos o emulsionados en el agua y se consigue introduciendo una corriente eléctrica en el agua a través de placas metálicas paralelas de diverso material, siendo los más empleados el hierro y el aluminio.
Tras este proceso, se obtiene por un lado un efluente con alto contenido en hierro o aluminio que debe tratarse con otras tecnologías; y, por otro lado, una serie de fangos que se separan posteriormente por métodos tradicionales (filtración, decantación o flotación).