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Compañía española líder en distribución de productos de alimentación, (con más de 1.600 supermercados repartidos por toda España). Confía de nuevo en los servicios de J. Huesa, está vez para cubrir la necesidad de conseguir agua osmotizada y desmineralizada.

Línea de producción de agua osmotizada y desmineralizada

El equipo de J. Huesa se pone manos a lo obra en el diseño, fabricación e instalación de una nueva línea de producción de agua osmotizada y desmineralizada. Está es diseñada con una conductividad inferior a 1 µS/cm2. El destino es la recarga de las baterías de las máquinas encargadas del movimiento de la mercancía. En uno de los bloques logísticos del cliente ubicado en el sur del país.

Las máquinas se mueven gracias a la acción de baterías de plomo-ácido. Las cuales de manera regular y dentro de sus labores de mantenimiento son recargadas en la sala de cargadores. Donde se encuentran instalada la planta de producción de agua osmotizada y desmineralizada.

Los procesos elementales que transcurren en el interior de este tipo de pilas son los siguientes:

PbO2 + 2H2SO4 + 2e- → 2H2O + PbSO4 + SO42-

Pb + SO42- → PbSO4 + 2e-

Para evitar que las placas de plomo que componen las baterías queden desprotegidas y puedan sulfatarse, las cubas de electrolitos deben estar siempre rellenas.

Equipos de la línea de tratamiento de agua osmotizada 

La línea de tratamiento recibe agua de red. Esta debe pasar por varios equipos para conseguir la calidad de agua deseada.

En primer lugar, se ha instalado un equipo de filtración con carbón activo. Encargado de eliminar del agua cualquier presencia de cloro que pueda traer el agua de red. Dicho equipo de filtración está equipado con una válvula automática que lava la carga de carbón del interior de la botella mediante el paso de agua en contracorriente.

El segundo equipo, en la línea de tratamiento es un descalcificador. Para la eliminación de las sales, principalmente calcio y magnesio, dejando la línea con una dureza de 0ºHF. El equipo instalado es un equipo dúplex, dispuesto con una válvula automática. Por ello, cuando una de las botellas requiera de la regeneración de la resina del interior, entre automáticamente a regenerar y la segunda botella pueda seguir prestando servicio.

Una vez tenemos el agua filtrada y descalcificada, pasamos el agua por la membrana de ósmosis inversa. Para poder alcanzar las condiciones previas a la entrada en la membrana de ósmosis, el sistema consta de una bomba de presurización de alta presión. La conversión del equipo de ósmosis es del 60%, y la salida del equipo se conecta con un tanque de almacenamiento. Del mismo modo, a la salida del equipo de ósmosis, se mide la conductividad del permeado, quedando por debajo de 10-5 µS/cm2.

El último equipo por el que pasa el agua antes de llegar a los puntos de recarga repartidos es un desmineralizador de afino para terminar de bajar la conductividad por debajo de 1 µS/cm2. El agua almacenada en el tanque intermedio a la salida de la ósmosis se conecta con un grupo de presión. Este mantiene la presión en todo el anillo de distribución hasta todos los puntos de recarga de las baterías. Gracias a un equipo de medición de conductividad, situado a la salida del equipo de desmineralización (resina de lecho mixto). Sabemos en todo momento la conductividad a la salida de la línea de tratamiento. Quedando la conductividad del agua en los puntos de recarga de baterías entre 0.5-1 µS/cm2.

 Beneficios de la línea de tratamiento 

El conjunto de los nuevos equipos que componen la línea de tratamiento de agua diseñada, fabricada e instalada por J. Huesa, ha significado para nuestro cliente, numerosas ventajas, como:

1.- Solución personalizada y totalmente adaptada a sus necesidades, con equipos versátiles y de alta eficiencia.

2.- El sistema de control permite el funcionamiento automático de las instalaciones con la máxima fiabilidad, hasta 24 horas al día y con la mínima supervisión. Del mismo modo, facilitará al personal encargado de la explotación y gestión de la planta toda la información precisa para conocer el estado de esta y permitirá que se pueda actuar sobre el proceso.

3.- Como es característico en los proyectos desarrollados por J. Huesa, el espacio total requerido es el mínimo posible, optimizándolo y mejorando el resultado final.

4.- Obtener un agua de la calidad para el fin requerido, garantizando que el agua que llega a los puntos de recarga es de una conductividad ≤1 µS/cm2. Facilitando el mantenimiento de las baterías y alargando la vida útil de las mismas.

5.- En cuanto a los elementos fungibles de las instalaciones, son escasos. Reduciéndose a cartuchos filtrantes y sal para la regeneración de las resinas de descalcificación.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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